sábado, 10 de julio de 2010

" Crónicas de Motel " (Sam Shepard)

Me encontré con la doble de la Estrella

al abrirse hacia los lados la puerta del ascensor
y yo salía y ella entraba
a las cuatro de la madrugada
y vi que estaba absolutamente pirada
le pregunté qué había tomado
dijo 6 Valium y Vino Blanco
porque hoy era el último día de rodaje
y le pareció que había que celebrarlo
jodiendo con algún tío del equipo
y colocándose
porque éste era su pueblo
y ella iba a quedarse
mientras nosotros nos íbamos
y la tortura de no ser más que una doble
dejada atrás en un pueblo en el que le dolía haber nacido
estaba destrozándola ahora de verdad
y eso hizo que volviera a avergonzarme
de trabajar como actor en una película
y provocar ilusiones tan estúpidas
de modo que me la llevé a mi habitación
sin planes respecto a su cuerpo
y ella se sintió desesperadamente decepcionada
intentó arrojarse por la ventana
y le dije que no valía la pena
no es más que una película estúpida.
no tan estúpida, dijo ella, como la vida

    (Sam Shepard)

Samuel Shepard Rogers (Fort Sheridan, Illinois, Estados Unidos de América, 5 de noviembre de 1943), conocido como Sam Shepard, es considerado uno de los dramaturgos contemporáneos más importantes de Estados Unidos. Es un destacado personaje de la escena norteamericana desde la aparición de sus primeras obras, en los años 1960, y considerado por la crítica como heredero de los grandes autores norteamericanos. Shepard también es escritor, guionista, actor y músico. Ha alcanzado fama entre el gran público por su faceta como guionista y actor cinematográfico con películas tan conocidas como París, Texas, Magnolias de acero, El informe pelícano y Black Hawk Down.
  La faceta más relevante de Sam Shepard es la de autor teatral.    Los personajes de Shepard suelen ser perdedores. Han renunciado a sus sueños y sus vidas no tienen sentido de la continuidad, por lo que van dando tumbos de un lado a otro, atrapados entre un pasado mitificado y un presente mecánico. Las obras expresan un sentido de pérdida, de nostalgia por el mundo rural y los mitos populares destruidos por el pragmatismo, el dinero y el poder. En el mundo moderno se ha roto la conexión entre mito, tierra, comunidad y sentido de la vida. Todo lo que nos queda, en palabras del propio Shepard, son «ideas que no dicen nada en absoluto a nuestro yo interior».






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